En la fabricación de productos, lo barato termina siendo caro
De vez en cuando, hablamos con los propietarios de pequeños negocios de extrusión que buscan nuestro asesoramiento sobre el uso de los requisitos nutricionales y los ingredientes típicos apropiados que se deben usar para la fabricación de productos de calidad, así como otros parámetros operativos.
Luego de hablar con estos clientes, muchos seguirán las recomendaciones, pero otros no. Aquellos que no siguen las recomendaciones es posible que comiencen a modificar la fórmula o la receta para incluir un ingrediente más económico a una tasa de inclusión mucho mayor que la recomendada, siempre y cuando puedan arreglárselas con la extrusión y dar forma al alimento o cumplir con la garantía proteica de la etiqueta.
Los nutricionistas sugieren determinados ingredientes y proporciones según los requisitos conocidos de nutrientes para una especie determinada, la edad/fase de crecimiento, las condiciones de gestión ambiental y los objetivos definidos.
Los animales usan los nutrientes que les proporcionan los ingredientes de la receta para satisfacer su necesidad de mantenimiento, crecimiento, producción y reproducción. Estos nutrientes deben estar disponibles y en las proporciones correctas para lograr los objetivos.
El uso de un ingrediente determinado por el simple hecho de que es más económico en ese momento puede generar muchas consecuencias. Un ejemplo sería incluir harina de carne y huesos con un contenido muy elevado de cenizas (minerales). El alto contenido de cenizas indica una baja calidad proteica debido a la mayor inclusión de huesos. Puede cumplir con las garantías mínimas necesarias (porcentaje máximo de humedad, porcentaje mínimo de proteínas, porcentaje mínimo de grasa y porcentaje máximo de fibra) de la etiqueta, pero debe darse cuenta de que proporcionará mayores niveles de calcio, fósforo y otros elementos que interferirán con el uso de algunos minerales y causarán deficiencias. Esto también puede afectar el funcionamiento de determinados órganos, como el riñón.
Otro ejemplo es la inclusión de un nivel inusualmente alto de subproductos del trigo (harinillas de trigo). El contenido de nutrientes de este ingrediente (haga clic aquí) puede variar y puede usarse como relleno para aportar algo de proteínas, fósforo y fibra. Una alta tasa de inclusión puede resultar en una deposición voluminosa a causa de la fibra sin digerir. Su nivel de energía relativamente bajo puede indicar la necesidad de agregar más grasa al alimento para satisfacer la demanda energética de los perros activos en crecimiento.
Intentar reducir los pasos del proceso puede generar consecuencias desagradables como la pérdida de un cliente, la interrupción de las ventas o el retiro del producto si se demuestra que no es saludable o apto para la venta. Si un procesador decide no refrigerar al alimento antes de embolsarlo, es posible que crezca moho en la bolsa. La combinación de nutrientes altamente disponibles en el alimento extruido, el calor, la humedad y la presencia de oxígenos son condiciones ideales para el crecimiento de moho, levaduras o bacterias. En otras palabras, una receta para arruinar un producto procesado de calidad, simplemente porque el procesador no refrigeró correctamente el producto final.
Para alcanzar el éxito y seguir siendo productivo, no se pueden reducir los pasos del proceso. Lo que quizá perciba como una reducción de costos podría, en su lugar, ser un ejercicio costoso para mantener un negocio rentable.