La perfección es la enemiga de lo bueno
Escuchamos a diario los deseos que tienen las personas de crear plantas de procesamiento. Estas plantas pueden ser para alimentos o piensos y siempre se entregan con las mejores intenciones. Existe una verdadera pasión detrás de estos proyectos y una alta motivación de verlos concretarse. El problema es que la mayoría nunca llega a ver la luz del día. ¿A qué se debe esto? Algo que evita que los proyectos progresen es perderse en los detalles. Aunque es importante considerarlos, enfocarse en esto demasiado puede detener el progreso y evitar el avance. Por otro lado, no pensar lo suficiente en los detalles ocasionará sorpresas inesperadas a lo largo del camino que podrían ser costosas, tanto en relación con las finanzas como con el avance. Buscar el equilibrio entre las dos cosas permitirá que su proyecto siga adelante.
Parálisis por análisis
La necesidad de identificar todos los detalles antes de avanzar a la siguiente etapa de un proyecto es algo común. Mientras mejor se planifique, mejor podrá manejar los problemas que podrían llegar a ser verdaderos obstáculos en una etapa posterior del proyecto. Quizá se trate de determinar de dónde obtendrá energía eléctrica o el flujo del tránsito de camiones hacia/desde su edificio. Sin embargo, es posible llevar esto demasiado lejos. Analizar cada posible escenario puede convertirse en una historia de nunca acabar y, sin darse cuenta, eso puede detener el avance de su proyecto al verse envuelto en un ciclo sin fin de agonía por cada detalle. La clave es determinar qué cosas son importantes y qué cosas pueden definirse más adelante para que un proyecto continúe avanzado.
Por otro lado, existen personas que no hacen suficiente hincapié en los detalles y simplemente quieren “terminar el trabajo”. Como puede imaginar, tener esta actitud es buscarse problemas imprevistos. Las decisiones tienden a tomarse por instinto, en lugar de basarse en una investigación verdadera. Escuchamos que muchas personas quieren producir determinado producto para piensos o alimentos, pero cuando se les pregunta sobre el posible mercado en su área, no hay respuesta. Tener la actitud de “averiguarlo más tarde” puede ser incluso peor que preocuparse por los detalles. Algo común que solemos escuchar es lo referente a la disponibilidad de materia prima. ¿De dónde proviene? ¿Qué cantidad puede suministrar el proveedor? ¿Y si el envío no llega a tiempo? Algo incluso peor es cuando ponemos en marcha una planta solo para enterarnos de que no tenemos el material suficiente para poner en funcionamiento el proceso.
Durante un proyecto, o en casi cualquier instancia si vamos al tema, parece que gran parte del trabajo se hace con un esfuerzo prácticamente mínimo. Por otro lado, pareciera que los últimos pequeños detalles consumen muchos recursos. Esta idea se conoce como el principio de Pareto, comúnmente llamado la regla del 80/20. Puede aplicarse a casi cualquier cosa, tanto en el trabajo como en la vida. ¿Con qué frecuencia tenemos la sensación de perdernos en los detalles? ¿Conoce a alguien así?
Enfóquese y priorice el 80 %, es decir, las cosas que son importantes. Esto variará durante un proyecto y debe reevaluarse a medida que las cosas avancen. A modo de ejemplo, es importante tener una idea aproximada de la potencia total de arranque de la planta, en lugar de conocer los detalles exactos de cada equipo, al hablar con una empresa de electricidad. A medida que las cosas sigan avanzando, ciertamente podrá surgir la necesidad de definir otros detalles, pero eso se irá dando a través del mejoramiento, no por conocerlos desde el arranque del proyecto. Todo se centra en trabajar de manera más inteligente, no más ardua, y encontrar un equilibrio.
Simplemente, hágalo
Los detalles importan. Pero saber elegir el momento de definir esos detalles es lo que puede promover o detener el avance. ¿Todo saldrá perfecto? Probablemente no. ¿Eso significa que no debo intentarlo? Por supuesto que no. Enfóquese en las cosas que sean realmente importantes y continuará avanzando.